En un comunicado conjunto, ambas aerolíneas indicaron que "creen que el Departamento de Justicia está equivocado en su evaluación de la fusión. Integrar las redes complementarias de American y US Airways para beneficiar a los pasajeros es la motivación de unir estas aerolíneas. Bloquear esta fusión pro-competencia negará el acceso a los clientes a una red aérea más amplia que les da más opciones".

Esa fue la respuesta que ambas compañías dieron a conocer ante la demanda que el Gobierno estadounidense presentó ante la fusión de las aéreas, adjudicando que la misma supondría “ la creación de la mayor aerolínea del mundo”

Asimismo, el presidente ejecutivo de US Airways, Doug Parker, señaló que las aerolíneas siguen "100 por ciento comprometidas con el acuerdo propuesto” y subrayó en un mensaje al personal que "otras compañías se han encontrado en circunstancias similares y han llegado a cerrar con éxito su fusión".

Horton explicó además que “esta fusión proporciona el mejor resultado para la reestructuración de American Airlines" (que está atravesando un proceso de bancarrota). 

"El amplio apoyo de los empleados y de los accionistas de ambas aerolíneas resalta el hecho que este es el mejor camino hacia adelante para ambas aerolíneas y para los clientes y comunidades que servimos” agregó.

Por su parte, la Administración de Barack Obama asegura que la fusión -valorada en 11.000 millones de dólares- producirá un aumento inherente del precio de los billetes y una reducción de los servicios.

“Podría reducir sustancialmente la competencia en los mercados locales en Estados Unidos y resultar en que los pasajeros acaben pagando tarifas más altas y recibir un peor servicio”, sostiene Washington para pedir la ruptura de la unión que acaparará un 80 por ciento del tráfico aéreo del país”.